tag:blogger.com,1999:blog-38137779867677151962024-03-08T03:13:28.797-08:00dueloresilienciaycrecimientopostraumaticodanielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-15799515058327914672013-11-22T08:22:00.003-08:002013-11-22T08:22:44.363-08:00LINK INGRESO AL AUDIO ENTREVISTA RESILIENCIA UNA NUEVA FORMA DE VIDAhttp://www.javeriana.edu.co/javerianaestereo/portal_919/?p=8789#.Uo98G-hg-Spdanielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-46800625227545883292011-06-13T15:44:00.000-07:002011-06-13T15:48:05.965-07:00Sobrevivir al SuicidioYa esta disponible la mas actual publicación Sobrevivir al suicidio, con pautas para familias y profesionales interesados en el tema.danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-14819970299913909352009-12-30T05:59:00.000-08:002009-12-30T06:00:55.062-08:00ABRIR BIEN EL NUEVO AÑOen este link hay una entrevista interesantes:<br />http://www.caracoltv.com/noticias/salud/video163492-no-se-sienta-frustrado-si-no-alcanzo-metas-de-anodanielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-64845636370599765302009-12-09T18:13:00.000-08:002009-12-09T18:14:28.453-08:00LAS DEPRESIONES DE FIN DE AÑOLas Depresiones de fin de año<br />Por: Paulo Daniel Acero. Psicólogo especialista en Trauma y Resiliencia<br /><br />A pesar de ser concebida por muchos como la mejor época del año, el mes de diciembre suele provocar que la tristeza y la depresión se hagan evidentes con mayor intensidad. No es que en los otros meses del año no haya motivos para estar triste o deprimido, sino que durante el resto de año las ilusiones y desilusiones se distribuyen casi de manera uniforme, pero en diciembre, estas se concentran y son más notorias, pues en la época navideña se presume que todos deben estar obligatoriamente felices.<br />Cuando se habla de depresión de fin de año, no significa que se esté ante una nueva entidad psiquiátrica, sino que esta depresión, aunque menos intensa que la de carácter patológico, cumple todos los criterios de una depresión común, es decir, las personas ven el entorno triste y vacío, se ven a sí mismas tristes y vacías, experimentan vacío existencial y les resulta complicada y exigente la realización de actividades que antes llevaban a cabo sin dificultad.<br />Algunos de los factores que pueden incidir en que las personas se sientan deprimidas en el fin de año son:<br />•Evidenciar el no cumplimiento de proyectos: Es decir, como a fin de año se hace inventario de lo que se debía haber obtenido, en esta época se hace palpable que muchas de las cosas que se pensaron o desearon el fin de año anterior no se lograron. En este sentido vale la pena reflexionar que lo que no permite obtener los resultados es que las decisiones que se toman el 31 de diciembre, para al año que sigue, suelen ser proyectos basados en la emoción y no en la razón y la planeación. No hay que tomar decisiones sino determinaciones y la diferencia es que estas últimas no se toman en un instante, sino que son fruto de la reflexión y se caracterizan por ir acompañadas de fechas, acciones a realizar y presupuestos a ejecutar. Cualquier proyecto que no contemple estos tres mínimos elementos no es tal sino un simple deseo.<br />•Anclarse en los faltantes y no en lo que se tiene: Este tipo de visión negativa, usualmente basada en la tendencia a compararse con los demás y a hacer depender nuestra felicidad de que los demás sean menos felices que nosotros, lleva a no dar valor real a nuestros logros y a demeritar nuestros alcances. La frase distintiva de estas personas suele ser “sería realmente feliz si tuviera… como lo tiene fulano”.<br />•Focalizarse más en los recuerdos negativos que en los gratos: Que no es otra cosa que la tendencia a victimizarse y querer convencernos a nosotros - y convencer a otros - que en nuestro arco iris predomina la gama de los grises en la presunción de que, los que se manifiestan felices, es porque no han tenido adversidades o, por lo menos no tan duras como las nuestras. Quienes trabajamos con el duelo, solemos decir que es la tendencia a comparar heridas buscando comprobar que la nuestra es la más grande, lo que ratifica nuestro derecho a sentirnos desgraciados.<br />•Confrontarse con el vacío existencial: Nunca como en esta época se ponen a prueba nuestros valores y visión de la vida. En este mes del año se contraponen el tener y el ser. Si consideramos que lo importante no es ser, sino aparentar, estaremos presos de la sociedad de consumo que enfila sus baterías para convencernos que solo seremos felices si tenemos los productos que ella promociona. Es clave no entrar en la insulsa competencia de ver cuánto se regala y hacer depender de ello la dimensión del aprecio. •Enfrentar la felicidad superficial versus la autentica: La idea de felicidad que nos trasmiten los medios de comunicación no tiene nada que ver con la felicidad de las personas reales. Quienes han pasado y afrontado satisfactoriamente adversidades y pruebas, pueden dar testimonio de que descubrieron que la verdadera felicidad está en la cercanía emocional con los seres queridos, en la superación de barreras de separación constituidas por malentendidos y perdones no dados y no concedidos y en la verbalización y demostración de afecto mediante una llamada, un abrazo o un detalle salido del corazón. Para finalizar esta reflexión queremos invitar a recordar que tan importante como lo que nos sucede, es la manera en que afrontamos aquello que nos sucede y que, de una manera maravillosa, los seres humanos somos infinitamente superiores a lo que nos ocurre, pues, si solo somos lo que nos ocurre, estamos atados al pasado, cuando uno de los aspectos esenciales del ser humano es la capacidad de proyectarse al futuro, afianzándolo en determinaciones tomadas en el presente, gracias a los aprendizajes de un pasado no evitado sino sanamente procesado e integrado a la experiencia vital.<br />Psicologo U.N. Docente Investigador UMB, Investigador Principal Grupo Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano, Psicoterapeuta, escritor, conferencista, Director Experiencia Krisalida, Experto en Trauma y Resiliencia Hebrew University of Jerusalem. Contacto: <a href="mailto:paulo.acero@umb.edu.co">paulo.acero@umb.edu.co</a> - <a href="mailto:paulodanielacero@gmail.com">paulodanielacero@gmail.com</a>danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-66189130937510206312009-09-16T07:43:00.000-07:002009-09-16T08:01:21.755-07:00POR FAVOR CONDUCE TU VIDA CON PRECAUCION, ALGUIEN TE AMA Y ERES IMPORTANTE PARA EL<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwD6-saUkgpe50AjcY-PykXOIoMwscU3yg8VpJW1tqV39L4yX2DuAF7xxixqrxECLgtrEq_qpuHElCKw6Fg' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe>danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-57483153767435869762009-08-14T09:07:00.000-07:002009-08-14T09:20:04.161-07:00PARA PADRES EN DUELO<a href="http://4.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWMRdP_kmI/AAAAAAAAABY/xnB3nT2lFnc/s1600-h/muestra_frente+CD.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5369852362246558306" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWMRdP_kmI/AAAAAAAAABY/xnB3nT2lFnc/s320/muestra_frente+CD.jpg" /></a><br /><div>PROGRAMA PARA EL DESARROLLO DE AFRONTAMIENTO EN RESILIENCIA<br /><br />Ps. Paulo Daniel Acero Rodríguez<a style="mso-footnote-id: ftn1" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftn1" name="_ftnref1">[1]</a><br /><br />Presentación<br /><br />El Programa para el Desarrollo de estrategias de Afrontamiento en Resiliencia (PDAR) es un conjunto de técnicas y herramientas terapéuticas fundamentadas en los enfoques Humanista y Constructivista de la Psicología (Rogers, 1979; Worden 1997 y Neimeyer, 2004) que tienen el objetivo de hacer que los consultantes se sientan acogidos, seguros y acompañados en el proceso de afrontamiento del evento que ocasiono la experiencia traumática. El Programa PDAR busca que las personas hagan conciencia de sus emociones, que integren la experiencia traumática (Enfermedad, Muerte, Pérdidas Relacionales, Materiales o Funcionales, entre otras) a su vida emocional y cognitiva, resuelvan sanamente sus pérdidas y se enfoquen en el Crecimiento Postraumático como una manera de dar un significado a su experiencia adversa. Consiste en una serie progresiva de tareas que tienen su inicio en cada una de las 12 sesiones terapéuticas y son realizadas durante las actividades cotidianas de los consultantes.<br /><br />La pérdida de un ser querido es entendida como la pérdida de un conjunto de interacciones, de una manera de ser y comportarse, de unos roles, experiencias y significados que la persona representaba para nosotros. El reconocimiento de la pérdida y la capacidad de afrontar sanamente el proceso de duelo sobreviniente, implica emprender una serie de cambios para dejar aquellos aspectos de la relación, con quien era el ser querido, que ya no son viables o adaptativos (Parkes, 1975). Lo anterior significa hacer conciencia de que, si no se realizan cambios internos, no se pueden enfrentar los cambios externos que la realidad nos impone.<br /><br />El proceso terapéutico está contenido y descrito en cada una de las letras de la palabra REACOPLAR, como se presenta a continuación:<br />Reconocerse: “Aquí estoy yo con mis circunstancias” (SESIÓN 1).<br />Experimentar: “Este soy yo realmente” (SESION 2). “Estas son mis emociones” (SESION 3).<br />Acomodarse: “Yo tengo un nuevo mundo sin...”. (SESION 4).<br />Conectarse: “Yo no estoy solo” (SESION 5).<br />Organizar: “Necesito poner las cosas en orden” (SESION 6) Revisar y trabajar las 11 estrategias de afrontamiento.<br />Proyectarse: “¿Que le gustaría a el/ella que yo hiciera? (SESION 7).<br />Liberarse de culpas: “Todo lo que he hecho lo hice por amor” (SESION 8)<br />Aprender: “Me han matriculado en un curso” (SESION 9). “En búsqueda de lo positivo” SESION 10.<br />Resolver, Recuperarse, Resignificar: “Veo la luz al final del túnel – y no es un tren que viene a atropellarme-” (SESION 11- que dificultades he tenido y que he sido capaz de hacer). (SESION 12 – con lo ocurrido descubrí que...-”).<br />Recuperarse (Weiss, 1987) como último paso implica:<br />- Capacidad para experimentar paz emocional sin ser sobrecargado por los sentimientos dolorosos<br />- Capacidad para invertir la energía emocional en actividades cotidianas.<br />- Capacidad para experimentar en el presente satisfacción o placer<br />- Capacidad para experimentar emociones positivas enfocándose en el futuro.<br /><br />El abordaje primario de las pérdidas y los eventos traumáticos<br /><br />Ante la ocurrencia de desastres naturales, atentados terroristas e incidentes críticos que impliquen riesgo vital, es factible encontrarse preparado para atender rápidamente el “trauma físico”. Usualmente no hay demora para buscar o prestar ayuda especializada y el personal de Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos, Policía o cualquier tipo de personal que atienda una emergencia no esperan para trasladar a alguien al hospital, después que los primeros auxilios fueron prestados en el lugar del incidente o accidente. Lamentablemente, en la mayoría de ocasiones se ignora el “Trauma Invisible” que tiende a producir profundas heridas psíquicas y emocionales y que afecta e incluso cambia a algunas personas para siempre. Ese trauma psicológico es denominado como Estrés Traumático y exige que se implemente una atención que involucre un esquema de manejo comprensivo del estrés traumático o, acudiendo a lo propuestos en otros espacios, un proceso de “Reanimación Psicológica”<a style="mso-footnote-id: ftn2" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftn2" name="_ftnref2">[2]</a>.<br /><br />El estrés traumático, conforme a lo planteado por Lerner y Shelton (citados por Kuper 2006) es experimentado por personas sobrevivientes de desastres y catástrofes, pero además, es experimentado por todos los que enfrentan en su vida cotidiana “tragedias personales” como el diagnóstico de una enfermedad crónica o terminal o la muerte de un ser querido.<br /><br />Aunque la severidad del suceso puede tomarse como uno de los predictores más importantes de la posibilidad de que una persona pueda experimentar estrés traumático, es clave reconocer que cualquier evento (repentino o no) que se experimente como potencial generador de daño, puede ocasionar estrés traumático. A este elemento hay que sumarle además otros factores como son la historia previa de pérdidas y como han sido vivenciadas, las exposiciones a eventos traumáticos en otros momentos, las características de personalidad, la salud mental al momento del suceso, la percepción de apoyo y el locus de control, entre otros.<br /><br />Los protocolos tradicionales de respuesta a situaciones críticas, suelen determinar las acciones que deben realizarse para cambiar las condiciones inmediatas en que quedan inmersas las personas en el momento del evento. Sin embargo, en el abordaje de las necesidades psicológicas de los individuos que se han visto expuestos a eventos traumáticos, el asunto, conforme a la experiencia, no consiste en intentar cambiar las condiciones presentes, sino en ayudar a que la persona pueda afrontar el suceso haciendo uso de las habilidades propias para resolver problemas. En ese sentido, el objetivo es que las personas afronten de la manera más normal un suceso anormal, partiendo de la premisa de que, en un primer momento, esta bien sentirse mal, pero que ellas pueden aprender a desarrollar estrategias de afrontamiento sanas con base en la utilización de sus propios recursos.<br /><br />Es bien conocido que las personas que han estado expuestas a eventos considerados traumáticos, suelen experimentar lo que se ha denominado “la Huella del horror” que consiste en que la persona reexperimenta sensaciones como visiones, sonidos, olores, gustos y sensaciones táctiles que quedaron registradas en su mente durante el suceso traumático, las cuales son las que, generalmente, precipitan reacciones agudas de estrés traumático o trastornos crónicos por estrés que pueden configurar también las reacciones de duelo complicado.<br /><br /><br />La Reanimación Psicológica<br /><br />Como se menciono antes, en otros escritos (Acero, 2004, 2008)<a style="mso-footnote-id: ftn3" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftn3" name="_ftnref3">[3]</a> se tuvo la oportunidad de realizar un primer esbozo del concepto de Reanimación Psicológica y oportunamente se hizo claridad que, con ese término, no se esta aludiendo al simple hecho de tratar de “dar ánimos” a las personas afligidas por la pérdida de un ser querido o por una situación adversa que les representa pérdidas físicas, sensoriales, emocionales o materiales. Lo que se buscaba al proponer el término, es que se comprenda que el trabajo que hay que hacer con las personas afectadas por un evento en el que se siente en riesgo la vida, no es distraerlas de su situación y menos con la utilización de frases de cajón que generalmente solo generan más dolor (“La vida continúa”, “Tienes ahora un ángel en el cielo...”, “El esta mejor allá...”, “Afortunadamente eres joven y....”, entre otras).<br /><br />En otras palabras, cuando proponemos utilizar el término de Reanimación Psicológica, no estamos pensando en buscar la manera de “subir el ánimo” a los que sufren, sino que en nuestra mente tenemos la visión que, conforme al significado de la palabra ánima (del griego alma), una persona que afronta un evento traumático o de pérdida esta “desanimada”, es decir, sin alma, sin aliento vital y requiere lo que podríamos considerar, primeros auxilios emocionales y maniobras de soporte que permitan asegurar el mantenimiento de los signos vitales, en otras palabras, la recuperación del sentido de vida.<br /><br />Por otra parte, cuando nos referimos a la reanimación psicológica, estamos acudiendo al concepto médico en el cual la reanimación se concibe como un conjunto de maniobras que se realizan para asegurar el aporte de sangre oxigenada al cerebro cuando los mecanismos llamados naturales no están funcionando adecuadamente. Esas maniobras se realizan, o son de obligatoria ejecución, cuando se esta ante personas en situación de riesgo vital inminente, generalmente por politraumatismos que involucran pérdida de pulso y respiración.<br /><br />Desde el punto de vista psicológico, es posible aseverar que una persona enfrentada a la pérdida de alguien que le representa algo significativo emocionalmente, desde el momento de recibir la noticia (y en muchas ocasiones producto de una comunicación inadecuada de las malas noticias) sufre un shock, un impacto que involucra todas sus áreas, es decir, sus emociones, su intelecto, su espiritualidad (desde la Logoterapia este es el ámbito noético, que va más allá de lo religioso e involucra el sentido trascendente) y, por supuesto, el área física.<br /><br />A raíz del impacto producido, primero por la noticia y luego por la confrontación con la realidad del hecho, la experiencia nos muestra que las personas quedan en un estado emocional que, si persiste por algún tiempo, hace que pierdan lo que podríamos llamar los signos vitales psicológicos, pérdida que se hace evidente en la manifestación de no querer seguir viviendo y el abandono de los elementos de soporte vital como es la ruptura con el autocuidado, los alimentos y, en fin, con todo aquello que les ligue con el significado intrínseco de la vida.<br /><br />Recordemos que no es poco frecuente saber de personas que, tras el conocimiento de una noticia adversa inesperada, obran irracionalmente involucrándose en situaciones de riesgo vital, como buscando su propia muerte (Por ejemplo, atraviesan sin el menor cuidado avenidas con tráfico de alta velocidad o conducen sus automóviles a velocidades excesivas e incluso en contravía, buscando conciente o inconscientemente la muerte).<br /><br />Estas personas necesitan recibir Reanimación Psicológica que debe dirigirse a asegurar la recuperación de los signos vitales psicológicos (Sentido de vida, capacidad de acción, sentimiento de que se es importante para otros, apertura emocional, autocuidado) y a ayudar en la búsqueda de significado a la circunstancia que están atravesando para que las defensas psicológicas se fortalezcan y las heridas emocionales cicatricen adecuadamente ( recordar sin dolor, que no equivale a otra cosa que tener la cicatriz, pero que al tocarla no cause dolor).<br /><br />La Reanimación Psicológica inicia con la intervención en crisis que va dirigida a romper el aislamiento en el que tiende a sumirse quien afronta una pérdida y engancharla con la convicción de que la vida merece ser vivida a pesar de. Para ello es preciso posibilitar que la persona llore y exprese su dolor y tristeza en un ambiente de contención psicológica segura.<br /><br />Esto equivale a dar un espacio amplio en el que la persona pueda respirar física y emocionalmente con tranquilidad y puede implicar, en no pocas ocasiones, retirar a los curiosos y mantenerlos a distancia prudente, es decir, hacer un trabajo con las personas cercanas para que aprendan a ser apoyo efectivo y genuino, optimizar las redes de apoyo y abrir las perspectivas sobre las razones y sentidos que aún tienen la persona para amararse a la vida.<br /><br />A renglón seguido, quien esta brindando los primeros auxilios, debe ir trabajando para lograr que la persona elabore sus propios significados de la tragedia y no se haga dependiente del equipo de reanimación (en nuestra metáfora, del psicólogo, de quienes facilitan grupos de ayuda o de quien haga sus veces entre los amigos o familiares).<br /><br />Lo anterior, equivale a ir haciendo un trabajo conjunto de desprendimiento emocional de lo perdido en el evento traumático, en el cual quienes quedan como sobrevivientes no terminen haciéndose dependientes de otros (En el aspecto físico, muchas personas se hacen dependientes del respirador o del oxigeno y desarrollan un profundo temor a no tenerlos disponibles – no es casual que se utilice el termino “destete”-), sino que vayan encontrando suficientes razones propias para optar por la vida y por los vivos y, a la manera de William Worden (1997), trabajen en reinvertir sus energías emocionales en acciones y proyectos que sirvan como celebración de la vida de aquellos que ya no están con nosotros.<br /><br />En este sentido, el trabajo de Reanimación Psicológica tendría su punto de culminación cuando la persona en duelo recupere su punto de equilibrio emocional independiente y retorne progresivamente a sus actividades cotidianas habiendo desarrollado estrategias de afrontamiento que le permitan, no solo enfrentar positivamente nuevas adversidades (que seguramente vendrán a modo de recaídas) sino, aún apoyar a otros que estén pasando por situaciones similares.<br /><br />Como puede apreciarse, nuestra propuesta de Reanimación Psicológica implica una intervención enfocada asegurar la recuperación de lo que hemos denominado signos vitales psicológicos, los cuales, a nuestro entender quedan abarcados en el término SENTIDO DE VIDA.<br /><a style="mso-footnote-id: ftn1" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftnref1" name="_ftn1">[1]</a> Psicólogo Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Resolución de Conflictos U. Javeriana, Formación en Trauma y Resiliencia Hebrew University of Jerusalem, Investigador Principal Grupo Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano, Director Experiencia Krisálida – Programa para tratamiento de duelo y estrés traumático. Contacto: paulo<a href="mailto:paulodanielacero@gmail.com">danielacero@gmail.com</a>. Tel 57 3005769522 Colombia<br /><a style="mso-footnote-id: ftn2" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftnref2" name="_ftn2">[2]</a> Termino original del autor, Ps. Paulo Daniel Acero Rodríguez<br /><a style="mso-footnote-id: ftn3" title="" href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=3813777986767715196#_ftnref3" name="_ftn3">[3]</a> Acero P. D. (2004). Ante las penas de la vida. Editorial San Pablo. Bogotá; Acero P. D. Del dolor a la Esperanza, (2008). Editorial San Pablo. Bogotá.</div>danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-72177706757457962252009-08-14T09:05:00.000-07:002009-08-14T09:13:36.415-07:00EL DOLOR ES FINITO, LA ESPERANZA ES INFINITA<a href="http://1.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWLlFlxZYI/AAAAAAAAABQ/aeFCxezaLN4/s1600-h/del+dolor+a+la+esperanza.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 150px; FLOAT: left; HEIGHT: 225px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5369851599981208962" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWLlFlxZYI/AAAAAAAAABQ/aeFCxezaLN4/s320/del+dolor+a+la+esperanza.jpg" /></a><br /><div>Los recuerdos tristes activan las neuronas de los centros de recompensa del cerebro<br />El duelo por la muerte de un ser querido puede volverse adictivo<br />No todo el mundo vive el duelo por la muerte de un ser querido de la misma forma. Mientras algunas personas lo superan con el paso del tiempo, para otras resulta imposible y se convierte en una sombra que los acompaña sin salida. Este último caso es el del llamado "duelo complicado", un síndrome que, por primera vez, ha sido empíricamente demostrado gracias al registro de imágenes de la actividad cerebral de personas que lo padecen. Los resultados han demostrado que el "éxito" de este tipo de duelo para prolongarse en el tiempo se debe a que activa en el cerebro el circuito de recompensa de éste, convirtiéndose, por tanto, en una verdadera adicción. El descubrimiento podría ayudar a los psicólogos en su atención a los dolientes aquejados de duelo complicado. Por Yaiza Martínez de <a href="http://tendencias21.net/">Tendencias Cientificas</a>.<br />30 Jun 2008 TENDENCIAS CIENTÍFICAS<br />T<br />odas las personas experimentan el duelo por la muerte de un ser querido en algún momento de su vida, pero no todas reaccionan de la misma manera.<br />De hecho, para una considerable minoría resulta imposible seguir adelante e, incluso, años después de la muerte de su ser querido, cualquier recuerdo de su pérdida -como una foto- aún resulta demasiado doloroso.<br />Estas personas se encuentran en una situación conocida como "duelo complicado", que se caracteriza por sensaciones como el dolor intenso continuo y demasiado prolongado en el tiempo, así como por actitudes que pueden irse agravando, como la somatización por identificación o los cambios radicales en los estilos de vida.<br />Por el contrario, la gente que supera su duelo pasa por un proceso de adaptación natural, normal y esperable ante la pérdida de un ser querido y, con el paso del tiempo, acaba sanando sus heridas.<br />Registrando el dolor<br />Ahora, científicos de la Universidad de California en los Ángeles (<a href="http://www.ucla.edu/">UCLA</a>) han realizado una investigación con la que se ha podido comparar, por vez primera, estas dos formas de duelo (el duelo complicado y el no-complicado) a nivel neurológico, gracias al uso de tecnologías para el registro de imágenes de la actividad cerebral. En concreto, los investigadores usaron la tecnología <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Functional_magnetic_resonance_imaging">fMRI</a>, que permite la toma de imágenes del cerebro mediante resonancia magnética funcional.<br />Los resultados obtenidos mostraron que este tipo de duelo activa las neuronas de los centros de recompensa del cerebro, otorgando a los recuerdos dolorosos propiedades similares a las de cualquier adicción, señala un <a href="http://today.ucla.edu/just-in/080620_grief_pleasure/">comunicado</a> de la UCLA. Este descubrimiento, según los científicos, podría ayudar a los psicólogos en su atención a los dolientes aquejados de duelo complicado.<br />Comprobar los mecanismos hipotéticos<br />Hasta ahora, poco se sabía de los mecanismos neurales que distinguen ambos tipos de duelo, explican los investigadores en la revista especializada <a href="http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B6WNP-4SGD4S0-3&_user=10&_coverDate=05%2F10%2F2008&_alid=759998898&_rdoc=1&_fmt=high&_orig=browse&_sort=d&view=c&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=382fd12a61ece4d82a3fa69036f538ab">NeuroImage</a>, pero se habían considerado algunos mecanismos hipotéticos, como la actividad relacionada con el dolor (con la angustia social por la pérdida) y la actividad relacionada con la recompensa (con los comportamientos de apego).<br />Una de las investigadoras, la doctora Mary-Frances O'Connor, declaró para la publicación de la UCLA que, en lo que se refiere al mecanismo de recompensa, la idea es que, mientras nuestros seres queridos están vivos, obtenemos señales gratificantes cuando los vemos o cuando vemos objetos que nos los recuerdan.<br />Tras la muerte de un ser allegado, los que se adaptan a la pérdida dejan de obtener esta recompensa neural. Por el contrario, los que no consiguen adaptarse, continúan anhelándola, porque cada vez que ven una señal del ser querido aún obtienen la recompensa neural correspondiente. Todo este mecanismo sucede a nivel inconsciente, es decir que el doliente no pone en ello ninguna intención.<br />El estudio se centró en analizar si las personas que sufren de duelo complicado presentan una mayor actividad tanto en el circuito de recompensa del cerebro como en el circuito del dolor. Para ello, fueron analizadas 23 mujeres que habían sufrido la pérdida de sus madres o de alguna hermana como consecuencia del cáncer de mama.<br />Reacción adictiva<br />De todas estas mujeres, 11 padecían duelo complicado, mientras que las otras 12 pasaban por un duelo normal, no complicado. Cada una de las participantes trajo consigo una fotografía de su familiar fallecida, y esta imagen les fue mostrada mientras sus cerebros eran escaneados con la fMRI. Posteriormente, también se escanearon los cerebros de las participantes en el experimento mientras miraban la fotografía de una mujer desconocida para ellas.<br />Los científicos buscaban actividad neuronal en un área del cerebro denominada <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Nucleus_accumbens">nucleus accumbens</a>, que ha sido tradicionalmente asociada con la recompensa. Curiosamente, se ha demostrado que esta región juega un importante papel también en el desarrollo de los afectos sociales, como el apego a los hermanos o a la madre.<br />Asimismo, los investigadores examinaron la actividad neuronal del circuito del dolor en el cerebro, en regiones como la corteza singular anterior dorsal o la ínsula, implicadas tanto en el dolor social como en el físico.<br />Descubrieron así que en los cerebros de todas las mujeres (de las que sufrían de duelo complicado y de las que no) se activó la red cerebral del dolor tras la visualización de la foto de su ser querido fallecido. Sin embargo, sólo en el caso de las mujeres que padecían duelo complicado, también hubo una activación significativa del nucleus accumbens, es decir, del circuito de recompensa del cerebro.<br />Síndrome catalogado<br />Los testimonios de las participantes permitieron relacionar la actividad del nucleus accubens con su duelo complicado. Otros factores, como el tiempo desde el fallecimiento del ser querido o la edad de las voluntarias, no guardaron relación con dicha actividad.<br />El estudio respalda por tanto la hipótesis de que los apegos activan los circuitos de recompensa y pueden por tanto convertirse en una interferencia para la adaptación a las pérdidas. Es decir que, aunque la activación del nucleus accumbens no satisfaga emocionalmente a los dolientes, señala O'Connor, se convierte en una respuesta que hace aún más difícil de superar la realidad del fallecimiento.<br />El duelo complicado puede debilitar al doliente, así como generar el anhelo recurrente de emociones dolorosas como la ansiedad intensa o el deseo de morir. Ahora, este síndrome ha sido definido por un conjunto de criterios empíricos y se está considerando su inclusión en El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association (Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos), el <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Manual_diagn%C3%B3stico_y_estad%C3%ADstico_de_los_trastornos_mentales">DSM-IV</a>.<br />Este manual consiste en una clasificación de los trastornos mentales con el propósito de proporcionar descripciones claras de éstos para facilitar sus diagnósticos.<br />Tags: <a href="http://www.laflecha.net/tags/adiccion">adiccion</a>, <a href="http://www.laflecha.net/tags/duelo">duelo</a>, <a href="http://www.laflecha.net/tags/recuerdos">recuerdos</a>, <a href="http://www.laflecha.net/tags/tristeza">tristeza</a><br /> </div>danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3813777986767715196.post-8448100098226004522009-08-14T09:03:00.000-07:002009-08-14T09:17:24.233-07:00PODEMOS SER MÁS FUERTES QUE NUESTRAS TRAGEDIAS<a href="http://3.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWNjAWLa8I/AAAAAAAAABg/LLQIrvRZmEc/s1600-h/perro+II.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 226px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5369853763237145538" border="0" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWNjAWLa8I/AAAAAAAAABg/LLQIrvRZmEc/s320/perro+II.jpg" /></a><br /><div><a href="http://2.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWLIwXDUwI/AAAAAAAAABI/pPenl2X66UU/s1600-h/perro+I.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 190px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5369851113245987586" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_2SD1anYAyRg/SoWLIwXDUwI/AAAAAAAAABI/pPenl2X66UU/s320/perro+I.jpg" /></a> LA IMPORTANCIA DE CERRAR HERIDAS Y ABRIR PUERTAS<br /><br />Ps. Paulo Daniel Acero Rodríguez<br />Investigador Principal Grupo Muerte y Duelo en el Contexto Colombiano, Universidad Manuela Beltrán<br />Director ASOCIACION EXPERIENCIA KRISALIDA, PROGRAMA PARA EL DESARROLLO DE AFRONTAMIENTO EN RESILIENCIA<br />Contacto: <a href="mailto:paulodanielacero@gmail.com">paulodanielacero@gmail.com</a><br /><br />El desarrollo humano es uno de los temas centrales de organismos internacionales como las Naciones Unidas y preocupación de primer orden de los líderes mundiales, pues se entiende que no se puede separar el desarrollo económico, tecnológico y social del desarrollo de los seres humanos. Si se tienen los mejores recursos y desarrollos, pero los seres humanos se estancan, están inermes, se perciben incapaces y se resignan como si estuvieran fosilizados psicológica, emocional y espiritualmente, tendremos un futuro poco prometedor.<br /><br />Desde esta reflexión, se asume que lo que garantizará un mundo mejor a las generaciones venideras, no es solo que se superen las brechas económicas y las inequidades sociales (lo cual no implica que esta no sea una necesidad urgente), sino que se trabaje por seres humanos que, convencidos de que son superiores a aquello que les sucede, acepten el reto que la vida les hace, miren al futuro con esperanza y que tengan la determinación de abandonar la posición victimista de quedarse culpando enteramente al pasado o al presente, por su actualidad difícil y por su futuro incierto.<br /><br />Si bien no se puede desconocer que los faltantes económicos, afectivos y económicos hacen mella en el ser humano en crecimiento ( y aún en aquellos que, presuntamente, ya dejaron de crecer – hasta en el proceso de la muerte hay aprendizajes y crecimientos-), tampoco se puede ignorar lo que la historia nos muestra en innumerables casos en los cuales quedan en evidencia seres humanos que han superado esos faltantes y han desarrollado estrategias de afrontamiento y características que les permite, no solamente resistir los embates de la tragedia y la adversidad, sino adoptar posiciones flexibles para reacomodarse y, aún más, crecer a partir del evento adverso, a la manera del águila que usa el viento contrario para remontarse más en las alturas.<br /><br />Desde nuestra experiencia, uno de los obstáculos más grandes para crecer y desarrollarnos como seres humanos, consiste en la imposibilidad para cerrar heridas y abrir puertas para avanzar al futuro. A través de estas letras buscamos que los lectores identifiquen patrones de vida ineficaces y tengan puntos de referencia hacia los cuales orientar sus acciones de vida<br /><br />CARACTERÍSTICAS DE QUIENES NO HAN CERRADO HERIDAS:<br /><br />- Quienes no han cerrado heridas suelen ser personas temerosas del futuro y, con frecuencia, tienen a flor de labios un “pero es que...”, un “y que tal que...” o un “este no es el momento para...”, es decir, buscan continuos justificantes para la no acción, para el no avance.<br />- Quienes no han cerrado heridas, no solamente pasan por la vida “mirando por el espejo retrovisor” sino que tienen como patrón de comportamiento señalar que lo que otros hicieron o dejaron de hacer en pasados años, días o meses, es la causa directa de que ellos no hayan podido alcanzar sus sueños. No dudan en señalar a otros como responsables de lo que a ellos les sucede. En términos más psicológicos, son personas con locus de control externo.<br />- Quienes no han cerrado heridas, con frecuencia, viven en función de criticar a los demás y no son capaces de reconocer los logros de otros y de dar crédito a que los mismos se deben a la inteligencia, entereza o habilidades de ellos, sino que pregonan que lo que los demás han obtenido ha sido producto de la suerte, del destino, de las influencias o. inclusive, de las trampas o artimañas utilizadas.<br />- A quienes mantienen heridas abiertas, les cuesta mucho “gozarse con los que se gozan” y les es difícil felicitar sinceramente a otros por sus avances y conquistas.<br />- Las personas que tienen heridas emocionales sin cerrar, buscan que los demás los compadezcan por “la vida tan dura que les ha tocado” y encuentran satisfacción en que se les diga: “antes no estas más mal”, es decir, adoptan una posición de víctimas y les encantan las políticas asistencialistas de las personas y de los gobiernos.<br />- Quienes tienen heridas sin sanar, tienen temor a establecer relaciones serias de pareja y por ello son superencantadores cuando las relaciones se mantienen en lo superficial, pero, a medida que se les pide asumir compromisos, o que ven que las relaciones van tomando visos de madurez, provocan situaciones que lleven a la ruptura.<br />- Cuando alguien no ha cerrado bien sus heridas, se deja dominar por el temor de dejar la casa paterna, y en los casos en que se atreven a dejarla solo lo hacen físicamente, pues no ponen limites a las relaciones permitiendo o invitando a sus padres a que tomen parte de las decisiones al interior de la pareja como por ejemplo: dónde vivir, como decorar, cuando y cuantos hijos tener, entre otros.<br />- Si no han cerrado adecuadamente sus heridas, cuando son padres, estas personas se interponen continuamente en las relaciones sociales y amorosas de sus hijos, manifestando que ninguna persona “da la talla” de los que su hij@ merece.<br />- Quienes tienen heridas sin cerrar, pueden llegar al extremo de enfermar a sus propios hijos para obtener ganancias secundarias, como por ejemplo, asegurarse compañía (Síndrome de Munchausen)<br />- Cuando una persona no ha cerrado sus heridas, ante la muerte o separación de un ser querido, suele hacer duelos complicados porque cree que ellos le dejaron el mandato de que, la única manera de demostrarles que si fueron queridos, es que jamás vuelvan a ser felices y, en consecuencia suelen sentirse mal por sentirse bien.<br />- Quienes no han realizado el proceso de cerrar sus heridas, “no se alegran, pero sienten un fresco” cuando otros fracasan, pues ello les hace sentirse mejor dado que “es bueno confirmar que somos los únicos caídos en desgracia…”.<br /><br />Por otro lado; quienes han realizado el proceso intra e interpersonal que permite cerrar heridas, se colocan en disposición para poder, sin ningún lastre, realizar el proceso de abrir puertas.<br /><br />CARACTERÍSTICAS DE QUIENES ABREN PUERTAS:<br /><br />- Quienes abren puertas para si y para otros, reconocen, tanto con la razón como con la emoción, que las partidas y las separaciones son inherentes al hecho de estar vivos.<br />- Las personas que han dado el paso para abrir puertas, se dan el permiso de llorar cuando experimentan alguna tristeza, pues reconocen que las lágrimas son una respuesta natural a la aflicción.<br />- Los que se colocan en posición de abrir puertas, no temen mostrarse vulnerables, de manera que pueden hablar con otros de sus temores y vacíos, dándose la posibilidad de recibir expresiones de apoyo y compañía.<br />- Quienes abren puertas, reconocen que hay cosas que no se pueden manejar solos y, en consecuencia, se permiten buscar ayuda.<br />- Las personas que cerraron sanamente sus heridas y abren puertas, prefieren abrazar a otros que abrazarse a la pena.<br />- Quienes abren puertas son capaces de reconocer y expresar sus emociones, pues comprenden que no hay emociones buenas ni malas sino emociones expresadas adecuada o inadecuadamente y que el mayor problema es no darle palabras al dolor, pues cuando esto no se hace el cuerpo habla a través de las enfermedades.<br />- Quienes han determinado permitir que sus heridas cierren, a pesar de lo doloroso del proceso, y abren nuevas puertas, construyen un recuerdo agradecido de las personas que les acompañaron por algún momento, largo o breve de la vida, pues comprenden que cada persona que nos acompaña en el camino de la vida trae una lección que no debe ser desestimada.<br />- Los seres humanos que abren puertas generan para si y ayudan a otros a generar identidades diferenciadas, pues saben que obligar a otros a cumplir los sueños propios, equivale a impedir que ellos realicen los suyos.<br />- Para estar en el grupo de quienes abren puertas, hay que tomar la determinación de no reprobar el curso en el que nos inscriben quienes se separan de nuestro lado, y se disponen a integrar la experiencia vital de la pérdida y construir sentido a partir de la experiencia compartida y la nueva etapa que viene con toda pérdida.<br /><br />Mediante este escrito, la pretensión es que nos cuestionemos sobre que la posición que estamos asumiendo ante la vida y lo que ella nos coloca como tarea. ¿Estamos aún en el lado de los que mantienen sus heridas sin cerrar y sin sanar? o ¿ya estamos realizando las acciones necesarias para ser de aquellos que abren puertas para si y para otros? Tal vez este momento del año es una excusa perfecta para darnos a la tarea de entrar en el próximo más sanos y sin ataduras que nos amarren a lo que nos hicieron a dejaron de hacer en el pasado o a lo que nos dijeron o dejaron de decir; pero también para hacer lo que corresponda para reparar las heridas causadas a otros por lo que hicimos o dejamos de hacer o por lo que dijimos o dejamos de decir.<br /><br /><br /><br /><div></div></div>danielhttp://www.blogger.com/profile/12095449943018023516noreply@blogger.com0